La
primera vez que me pasó, tenía siete años. Habían pasado cinco meses desde que
me echaron de las clases de ballet, y desde ese entonces dibujaba.
Una
mañana de las vacaciones de Navidad, me di cuenta de que me faltaba un dibujo,
el de un conejo, que había hecho la noche anterior. Lo busqué por todas partes,
pero no encontré más que un hermoso conejito debajo de mi cama.
Al
principio, me gustó acariciarlo y tenerlo entre mis manos, pero luego todo
comenzó a tener sentido.
Tomé
mi libreta y dibujé otro conejo. Esperé un rato, y luego vi como el dibujo
cobraba vida, y el conejo se despegó de la hoja, para cobrar vida e irse a
jugar con el otro conejo.
Me
quedé con ambos, pero hace años que vieron la luz blanca.
Advertencia
para estúpidos que quieren abusar de mis habilidades anormales:
- Mis poderes no son a largo alcance. Si alejas mis obras diez kilómetros de donde las creé, estas pierden vigencia.
- Solo cobran vida las cosas pequeñas, como el conejo. NO cobran vida cosas grandes, como autos, a menos que haga uno pequeño, que sería de juguete.
- Los estúpidos que quieran abusar de mis habilidades anormales se llevarán una patada en el trasero que difícilmente podrán olvidar.
Firmado:
Brooke Lowen.
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