27.10.13

Reseña #7: Vanish de Sophie Jordan



Sinopsis


Fireligh #2


Un amor prohibido.
Rivalidades crueles.
Decisiones sorpresivas... y fatales.

Para salvar la vida de Will, Jacinda traicionó el mayor secreto de su especie. 
Ahora debe regresar a su comunidad sabiendo que no lo verá nunca más y temiendo lo peor: que él la olvide.
El clan la recibe con hostilidad. Su nueva vida, sometida a la autoridad y la vigilancia constante, la ahoga en la desesperación.
Aislada, está a merced de Cassian, el príncipe heredero.
Y entre ambos, Tamara, cuya vida dio un vuelvo trascendental por uno de esos extraños caprichos del destino.
Jacinda sabe que debería olvidar a Will, pero...
Continuar es difícil. Luchar es casi imposible y temerario. 
¿Se atreverá a desafiar nuevamente las leyes y a arriesgarlo todo por amor?
¿De qué es capaz una draki de fuego acorralada?


21.10.13

Reseña #6: Zafiro de Kerstin Gier


Sinopsis

Alemana


Piedras Preciosas #2

Gwen vive en una nube... ¡con Gideon!, aunque sabe bien que el amor entre dos viajeros en el tiempo puede deparar sorpresas traicioneras. Por suerte, tiene muy buenos consejeros: su mejor amiga, Leslie, su compinche, James el fantasma, y Xemerius, una gárgola que se mete en bastantes líos.
Además, Gwen y Gideon tienen importantes problemas de los que ocuparse... Por ejemplo, salvar el mundo. O aprender a bailar un minué (algo nada fácil). Sin embargo, ambos deberán entender que el amor debe imponerse, sobre todo cuando caigan en las redes del conde de Saint Germain...





Mi infierno Imaginario. Capítulo 2.

Parker



Veía como las luces de la ciudad se encendían frente a mí, mientras yo permanecía parado en el extenso balcón de mi habitación, apoyado en el pasamanos de mármol.
La piscina iluminada yacía debajo de mí. La carpa estaba desarmada y esparcida por todo el jardín trasero, a la espera de alguna fiesta para ser montada.
Y mi hermano estaba ahí, besándose con su primera aventura, bueno... la primera que tenía en esta ciudad, porque si hablábamos de la primera... ya habían pasado al menos unas cincuenta chicas desde la primera, ninguna de ellas en una relación seria.
Todo era sexo y besuqueos.
Claro que yo aprendí de mi hermano, o al menos en un parte, porque solo había tenido sexo con una chica, hacía como siete meses, en la fiesta del que era mi mejor amigo.
Se suponía que no debía seguir su ejemplo, porque yo era, por así decirlo, el mejor parado de mi familia. Mi hermano era cinco años mayor que yo, y desde la muerte de mis padres, hacía dos meses, debíamos vivir con nuestro abuelo en Chicago.
Ese viejo —que no era tan viejo— seguía manteniendo el espíritu jovial y negociador que recordaba que tenía cuando yo todavía estaba aprendiendo a nadar en la piscina frente a mí. Mi abuela murió cuando mi padre era un niño, por los asuntos familiares en los que toda mi familia, los Feige, estábamos metidos.
En menuda familia me había tocado nacer.
Aaron, mi hermano de veintitrés años, tenía cabello negro y los mismos ojos grises que yo, heredados de la familia de mi madre. Él tenía piel clara, como mi madre, pero yo había heredado la piel pálida de la familia de mi padre. Mi cabello era marrón claro, y hacía la mejor combinación con mis ojos grises. Lo que daba como resultado al chico perfecto: al chico perfecto lo buscaban todas. Al chico perfecto, lo querían todas.
Yo era el chico perfecto. Me amaban de arriba abajo.
Apagué el cigarro en la baranda de mármol, y les eché una última mirada a mi hermano y a su “novia”, que ahora se reían mientras nadaban en la piscina.

Abrí las puertas de mi habitación, y un aire frío me azotó en la cara, haciéndome girar un poco la cabeza. En ese mismo instante, la sensación de mareo se me vino encima, y la visión, que me perseguía desde los dieciséis, me envolvió.

***

La chica de pelo rojo se movía en círculos en su habitación, llorando desconsoladamente. Parecía que estuviera encerrada en una jaula, como un león buscando la salida de su cárcel.
Estaba cubierta con un simple vestido verde que parecía ser de satén, y tenía bordado cerca de la cintura unas flores silvestres.
Paró de dar vueltas y se tiró al suelo, derrotada. Se llevó ambas manos a la cabeza y se despeinó el cabello. Ese hermoso cabello que veo desde siempre... me encantaba tanto que no veía la hora de ver a esa chica y despeinarle yo mismo el pelo.
Sin embargo, desde que comenzó la visión, dos años atrás, cuando todavía yo tenía dieciséis, la chica no era más que una niña.
Dos años después, ya había tomado altura, pechos y trasero.
Calculé que, en las primeras visiones, la niña debía de tener entre unos trece o catorce años. Calculé que, en las últimas visiones que había tenido, la chica superaba, al menos, los quince años.
Recuerdo que en las primeras visiones, su cuerpo estaba maltratado: moratones por todo su cuerpo; enormes ojeras bajo los ojos; rasguños en sus manos; vendas en su rostro y también en sus brazos. Estaba flaca y le faltaba demasiado peso.
Pero, luego, recuperó la compostura. Se hizo alta y se le formaron las curvas, comenzó a rellenarse. Comenzó a ser la chica que debería ser para la edad que tenía —o parecía tener—. Pero, aún así, seguía teniendo un cuerpo hermoso.
Siempre quise conocerla en persona.

Aunque, mi destino, fuera matarla.

***

Cuando la visión terminó y regresé a mi habitación, me senté en la cama para despejarme de la visión, que me acechaba desde hace dos años.
La chica... ella siempre lloraba. Siempre se revolvía el cabello descontroladamente y daba vueltas en su habitación como si estuviera desorientada. Pero nunca supe por qué hacía esas cosas.
Sin embargo, desde que me dijeron —desde que mi padre y su extraño “amigo” me dijeron— que debía matar a la chica de mis visiones, mi boca cayó abierta de la sorpresa. No podía matar a algo tan hermoso.
Pero debía hacerlo, era mi destino.
Envidiaba a Aaron por no tener aquel destino: el de hacer sacrificios humanos a quienes tenían contacto con el enemigo.
No sé como la chica de mis visiones tenía que ver con el mundo angelical: pareciera que todo ángel guardián que hubiera tenido en algún momento la hubiera abandonado hacía tiempo. La forma deteriorada en la que siempre la veía, llorando siempre desconsoladamente, sin nadie que fuera a consolarla. ¿Dónde está el ángel que se le asignó? Si era una chica... mala... sería como yo.
Yo era un aliado del infierno, el encargado de entregar cuerpos para los rituales que se realizaban en el lugar al que los niños le tenían tanto miedo y solo formaba parte de los cuentos de terror. Nadie —excepto nosotros, los aliados de los ángeles y los ángeles mismos— sabía de la existencia de este lugar.
Mi trabajo era matar a aquellas personas inocentes. Y la chica que se me asignó podría ser la chica más inocente que vi en mi vida. Pero si era inocente, entonces debía de tener un ángel guardián, que la cuidara, que la protegiera de las personas que querían hacerle daño.
Que la protegiera de las personas como yo.
Levanté la mirada, y un halo de luz entraba de la puerta del balcón abierta. Una brisa suave empujó las cortinas, y un susurro suave entró a la habitación.
No le hagas daño— dijo la voz angelical. Sé que era una porque era tranquila, débil y serena, además de que un dejo de eco le siguió.
Y, en aquel momento, supe que se suponía que no debía hacerle daño a la chica de mis visiones, aunque si no hacía eso terminaría mal. Sabía que se refería a la chica porque, probablemente, la voz angelical pertenecía al ángel guardián de la chica, el que estuve bastante ausente durante el último tiempo.

Pero debía matarla, porque si no me desterrarían al infierno por el resto de los días de mi vida. Y eso no era divertido, aunque nadie había regresado de allí como para decirme a qué temperatura se estaba abajo.

Reseña #5: Forbidden de Tabitha Suzuma



Opinión Personal



Ella es guapa y talentosa, está en sus dulces dieciséis y jamás ha besado a nadie. Él es guapo, tiene diecisiete y está al borde de un futuro brillante. Y ahora se han enamorado. Pero el único problema es... que son hermanos.
Lochan, de diecisiete años, y Maya, de dieciséis, siempre se han sentido más amigos que hermanos. Juntos, han tenido que intervenir por su madre alcohólica y caprichosa para cuidar de sus tres hermanos menores. Como padres de facto de los más pequeños, Lochan y Maya han tenido que crecer rápido, y el estrés de sus vidas, y la forma en que se entienden tan completamente, también los ha acercado más de lo que estarían dos hermanos normalmente. Tan cerca, de hecho, que se han enamorado. Su romance clandestino florece rápidamente a un amor profundo y desesperado. Saben que su relación está mal y que posiblemente no puede continuar. Y aún así, no pueden detener lo que se siente tan increíblemente correcto.

Mientras la novela se inclina hacia un final explosivo y chocante, sólo una cosa es segura: un amor así de devastador no tiene final feliz.




20.10.13

Reseña #4: El Chico que se Escabulle por la Ventana de mi Habitación



Sinopsis





Amber Walker y su hermano mayor, Jake, tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Liam, la ve llorando y trepa por su ventana para confortarla. Aquella acción desata una relación de amor/odio que se extiende por los próximos ocho años.
Liam ahora es un seguro y coqueto jugador que nunca antes ha tenido una novia. Amber todavía está emocionalmente temerosa por el abuso que ha sufrido a manos de su padre. Juntos, hacen una pareja improbable.
Su relación siempre ha sido incierta pero, ¿Qué sucede cuando Amber empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y como su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionará cuando se dé cuenta que el par se está acercando más?




Reseña #3: Hush, Hush de Becca Fitzpatrick



Sinopsis



Hush Hush #1



Un juramento sagrado.
Un ángel caído.
Un amor prohibido.

Enamorarse no formaba parte de los planes de Nora Grey. Nunca se había sentido especialmente atraída por sus compañeros de instituto, a pesar de los esfuerzos de su mejor amiga, Vee, para encontrarle una pareja. Así era hasta la llegada de Patch. Con su sonrisa fácil y sus ojos que parecen ver en su interior, Nora se siente encandilada por él a pesar de sí misma.
Tras una serie de encuentros aterradores, Nora no sabe en quién confiar. Patch aparece allí donde va y parece saber más sobre ella que su mejor amiga. Imposible decidir si debe darse por vencida y sucumbir a sus encantos, o salir huyendo y esconderse. Y cuando intenta encontrar algunas respuestas, descubre una verdad que es más perturbadora que nada de lo que Patch le hace sentir.
Porque Nora está en medio de una ancestral batalla entre los inmortales y los que han caído, y cuando se trata de escoger bando, la elección equivocada puede costarte la vida.



19.10.13

Reseña #2: Firelight de Sophie Jordan


Sinopsis


Firelight #1


Un secreto ancestral.

Ella y él son enemigo mortales.
Un amor imposible los quema...

Jacinda no es una chica común.
Desciende de dragones que pueden adquirir forma humana y ocultarse de los predadores que los persiguen.
Su clan la tiene bajo control, ya que ella es la última de su especie: una bella y poderosa draki de fuego, comprometida con el príncipe heredero.
Pero un encuentro fortuito obliga a Jacinda y a su hermana gemela a huir de su comunidad y adentrarse en el mundo de los humanos.
Ella luchará por evitar que sus instintos se apaguen, aunque esto signifique acercarse a su adversario, un enemigo tan atractivo como peligroso, capaz de encenderla con solo mirarla.



Mi Infierno Imaginario. Capítulo 1.

Dos años y un mes después

Hayley




Cuando el consejero escolar me preguntó por qué me comportaba como me comportaba, yo simplemente me encogí de hombros y me quedé en silencio, mirándole, cada un rato, a los ojos que me observaban impacientes en busca de una respuesta.
Recordé que un día, tres años atrás, antes de que mi hermana Christina muriera, ella me había dicho que siempre que me preguntaran lo que me pasara, respondiera con el silencio, porque el silencio era la única forma de hacer entender al otro que no se quiere dar una respuesta. Una respuesta que, probablemente, no es positiva. O a veces se trataba de responder a la verdad que escondía la pregunta.
Luego de una hora sin obtener respuestas y solo silencio, el consejero escolar se cansó de mí y me echó de su oficina.
Pero, al salir del despacho, frente a mí, se encontraban los corredores del instituto llenos de adolescentes que no me comprendían.
No sabía qué era peor: si estar en la oficina del consejero escolar, o encontrarse en los corredores, donde miles de estudiantes buscaban sus libros, se besaban con sus parejas, y hablaban de cosas de adolescentes.
Recordé cuando yo también era así... pero de eso habían pasado ya un par de años...
Sin embargo, desde que a mis once años le diagnosticaron a Christina, de ocho años, cáncer, mi vida nunca volvió a ser la misma.
Ella murió dos años después, pero por el simple hecho de que no quería sufrir más nuestro dolor, y se dejó estar. No más terapias. No más medicina. No más nada.
Ella, al estar muerta, no sabía que yo por dentro me estaba matando día a día, pensando en su rostro pálido; en su cabeza sin cabello por los analgésicos y las terapias que le desagradaban tanto; en sus grandes ojos azules, que con el paso del tiempo fueron perdiendo el brillo y el color. Y siempre que esa imagen se me venía a la cabeza, recordaba su cabello rojo, tan rojo como el mío, moverse mientras corríamos en el patio de mi vieja casa en Denver, cuando apenas teníamos cuatro y siete años.
Pero eran solo recuerdos. Recuerdos que quedarían siempre grabados en mi memoria, y que luego nadie tendría, porque yo estaría muerta.
Me metí en el corredor, mezclándome con las personas que ni siquiera me dirigían una mirada, y mucho menos una palabra. Era conocida como la rara. Como la de la familia York, que había llegado a la ciudad en silla de ruedas y había ido a la escuela con muletas. Nadie, pero nadie, sabía que tenía una hermana menor muerta, ni mucho menos las razones por las que había muerto.
Ellos conocían la falsa verdad de mí familia: sabían que eran una familia de Denver, grandes empresarios que siempre estaban de viaje, con una hija que sufrió un accidente que la dejó con un trauma severo. Pero no sabían de la segunda hija: la que murió y fue enterrada mucho antes de que la familia se mudara a Chicago.
Llegué al final del pasillo, hasta la puerta de salida, que también estaba abarrotada de adolescentes que querían terminar su jordana de una vez por todas, como yo. Pero yo tenía otras razones. La abrí y salí al exterior, con el sol golpeándome en el rostro.
Si mi vida no hubiera sido tan complicada y yo no fuera tan... cerrada al mundo, creo que sería el centro de atención de la mayoría de los chicos de mi instituto. Mi cabello era largo y rojo, rojo como el fuego. Mis ojos eran grandes y avellana, y mi rostro estaba lleno de pecas, que lo hacían ser delicado, no feo como pasaba casi siempre con las pecosas. No tenía acné o problemas con el cabello, como la mayoría de las chicas que no eran populares.
Mi madre me había contratado una profesora de patinaje privado cuando todavía vivíamos en Denver, así que mi cuerpo estaba apto para cualquier deporte. O para cualquier actividad, como el equipo de animadoras. Sin embargo, cuando había llegado a Chicago hacía ya dos años, después de mi coma de tres meses por el accidente automovilístico, las ganas de ser animadora se habían ido por completo. Había sido animadora en mi anterior instituto. Pero no duraba para siempre.
Después de aquel accidente y lo de mi hermana menor, creo que nunca pude volver a dormir más de tres horas por las noches, o a pensar con claridad, o incluso a hablar en voz alta. Nadie en mi instituto conocía mi voz, a excepción del consejero escolar o dos compañeros que, por orden del profesor, tuvieron que estudiar conmigo. Pero no había necesidad de tener compañeros de estudios, porque, después de todo, yo siempre sacaba las mejores notas.
Mi rostro, desde aquellos accidentes de mi vida, siempre tuvo ojeras moradas debajo de mis ojos, pero era sana, y eso era lo malo... que mi pasado me atormentaba, ¿Y quién iba a querer a una chica que tenía una hermana que murió de cáncer y que tenía un trauma por haber estado cerca de la muerte cuando apenas tenía catorce años? Un gran estúpido.
Mi auto estaba aparcado al fondo del estacionamiento, lejos de la sociedad y de las miradas curiosas.
Mientras me dirigía a mi coche, pasé por al lado de los populares, que se encontraban alrededor de sus autos. Observé a Eric, el capitán del equipo de baloncesto, ponerse demasiado cariñoso con Tabitha, una chica realmente insoportable del equipo de animadoras, pero no era la líder, gracias a Dios. También había otros del equipo, pero no los conocía demasiado, solo sabía que eran idiotas y que tiraban los billetes de dinero hacia arriba para que cayeran como gotas de lluvia sobre ellos.
Yo tenía dinero, era, probablemente, de las que más dinero tenía en toda la escuela, porque mi padre encontró un trabajo en el que ganaba bastante, lo que ayudó a pagar un par de terapias de Christina.
Luego, ella se dio por vencida.

Y se fue para siempre.

***

Me bajé frente a mi casa, una casa al mejor estilo americano. Mi habitación, en el segundo piso, estaba alumbrada por el sol que venía de atrás mío.
Caminé por el camino de piedra que llevaba a las escalinatas, mientras buscaba las llaves dentro de mi bolso. Las agarré justo cuando estaba frente a la puerta y la abrí.
El aire frío de adentro me demostró que no había nadie. Como de costumbre, éramos solo yo y...
Mi perro de seis años, Boyd, corría hacia mí, ladrando y sacando su lengua hacia fuera, dejando baba suspendida en el aire que después caía y mojaba el suelo de madera.
Se abalanzó hacia mí, tirándome hacia atrás. Ya estaba acostumbrada a sus ataques de cariño, por lo tanto casi no sentí el impacto de mi perro sobre mí y me comencé a reír.
Ese perro, que me dio Christina en la navidad en la que comenzó todo, era como la viva imagen de mi hermana muerta. Bueno... no era pelirrojo ni tenía ojos azules, pero era tan divertido, y siempre sabía cuando yo estaba mal, aunque mi máscara siempre ocultaba mis emociones.
No era emotiva, no era empática. No era nada.
Yo solo era una persona. Sin emociones. Esas emociones solo aparecían en forma de lágrimas a la hora de querer suicidarme e ir con Christina, o a la hora en la que iba al cementerio de Denver a ver a mi hermana. Pero esto último solo ocurría una o dos veces al año. Esas emociones también aparecían en forma de sonrisas a la hora en qué Boyd me pedía mimos o jugar con él.
Siempre que jugaba con mi perro, recordaba las palabras de mi hermana de ocho años cuando me dio al cachorro con el moño azul atado al cuello.
Cuando te sientas sola, piensa que soy yo— me dijo, mientras yo soltaba al cachorro y corría para abrazar fuete a mi hermana, como si temiera que en aquel momento se hiciera cenizas entre mis brazos.

Sin embargo, no se hizo cenizas entre mis brazos. Ella sufrió por tres largos años más, y luego... Luego ella se murió.

Reseña #1: Rubí de Kerstin Gier



Sinopsis



Vivir en una familia cargada de secretos no es fácil. O al menos eso es lo que piensa Gwendolyn Sheperd. Y es que en su casa nada ni nadie es del todo “normal”: empezando por su excéntrica tía abuela, pasando por la misteriosa Lucy, que se escapó de casa hace diecisiete años sin dejar rastro... y, para completar, también está Charlotte, su encantadora y rabiosamente perfecta prima, quien, según parece, ha heredado un extraño gen familiar que le permitirá viajar en el tiempo.
Pero un día, Gwen se encuentra de pronto en el Londres del penúltimo cambio de siglo y comprende que el mayor secreto de su familia es ¡ella misma! Para protegerla, su madre trató de ocultarle todas las pruebas, aunque en realidad ella es la última viajera en el tiempo y tiene una importante misión que cumplir. Ahora Gwen está en el ojo del huracán y parece que todo el mundo tiene muchas advertencias que hacerle. Sin embargo, nadie va a decirle lo más importante: es mejor no enamorarse mientras se viaja de una época a otra, porque eso puede complicar terriblemente las cosas...

Piedras Preciosas #1



Opinión



Si a mí me hicieran elegir entre todos los libros de mi biblioteca y Rubí, siempre elegiría Rubí. ¿Por qué? Porque simplemente lo amo.
No sé como empezó mi amor por este libro, solo me acuerdo que un día fui a una librería y lo venía viendo desde febrero (salió en enero), pero no me lo recomendaban así que pensé que no era para mí. Un día, agarré el libro y leí la contratapa... FUE AMOR A PRIMERA VISTA. Viajes en el tiempo... me identifico por amar los viajes en el tiempo y las mutaciones. Y este libro pudo conmigo.
En cuatro días, ya me había leído toda la trilogía.
Lo malo (y lo que lo hace tan rápido y liviano) de este libro (no la trilogía, sino Rubí en particular) es que es muy introductorio. Se conocen los personajes, las cosas de estos, y la verdadera acción para encontrar el objetivo comienza recién en los últimos capítulos.
Pero no dejo de amarlo.
Amo a Gideon y a esa maldita forma de ser que lo hace parecer un hijo de p*ta. Ahora quiero tener un novio tan arrogante como lo es él.
Amo los comentarios de Gwen, su gran pasión por las películas me hacían reír, y sobretodo las comparaciones. Su cerebro, sin duda, está pasando todavía por la edad del pavo.
Leslie, la mejor amiga de Gwen, también está en la pura edad del pavo. TODO LO BUSCABA POR WIKIPEDIA (no es que yo no lo haga, al contrario, mis amigas pidieron que se me bloqueara la página para así dejar de spoilearme libros), y además, al igual que Gwen, tenía una gran pasión por las películas.
En cuanto a los personajes que odié (además de a Gideon, pero con Gideon las cosas son distintas), una fue Charlotte, por razones obvias, siempre queriendo superar a Gwen, cuando no podía. Es la típica chica perfecta y odiosa que siempre se opondrán a la protagonista. PERO SON PRIMAS, DIOS, NO PUEDEN ODIARSE TANTO  (?
Lady Arista fue otra a quién odié, pero más por creerle más a su hija Glenda (madre de Charlotte) que a Grace (madre de Gwen), que por otra cosa.
A Glenda también la odié. NO DEJA QUE GWEN Y SUS HERMANOS TENGAN MASCOTAS, ¿QUÉ CLASE DE BRUJA ES?
Bueno, creo que eso fue todo :)

O no?

Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor 

Como cualquier otro día, regresé pronto a casa al salir del instituto.
Mi tía se había quedado si sus dulces favoritos y me ofrecí para ir a la tienda a comprar más. Pero en el camino empecé a sentir algo muy extraño: las piernas me temblaban y tuve una sensación rara en el estómago.
De repente, la calle desapareció ante mis ojos.
Poco después reapareció, pero muchas cosas eran diferentes.
Había vuelto al pasado.
Me llamo Gwen y soy la última viajera en el tiempo.
Así empieza la aventura de mi vida.







18.10.13

Mi Infierno Imaginario. Prólogo.

Veía por la rendija de la puerta del estudio como mi padre hablaba con el hombre fornido que había dejado entrar a mi casa por la tarde.
Eran pasadas las doce de la noche, y seguían hablando. Al principio, cuando estaba jugando con mi hermano en la sala de juegos con la Play Station, pensé que estaban hablando de negocios, porque, después de todo, mi padre siempre hablaba de su trabajo, con mi madre, con mi hermano, e incluso durante la cena, pero nunca me miraba a mí. Nunca hablaba conmigo de su trabajo o de negocios.
Pero, cuando me acerqué a la puerta del despacho de mi padre para escuchar de qué hablaban, comprobé que no hablaban simplemente de negocios.
Siempre pensé que la magia no existía, que solo existía en las películas que tanto le gustaba ver a mi hermano, y que a mí me parecían aburridas. A mí siempre me gustaba la acción.

Pero, esa misma noche, me di cuenta de que a veces, las películas de ficción cuentan la verdad.

***

Me limpié la lágrima que se deslizaba por mi mejilla silenciosamente, mientras dejaba el ramo de alhelíes sobre la tumba de mi hermana. Los alhelís eran sus flores favoritas, estaba encaprichada con ellos desde años antes de su muerte, y nunca podré saber por qué.
Salí silenciosamente del cementerio, evitando las miradas de las personas, que, aunque yo estaba allí, caminando y llorando por el cumpleaños de mi hermana muerta, me evitaban. Pero algo nos unía.
Todos habíamos perdido a un ser querido.
Aunque había pasado más de un año, la ausencia de mi hermana era palpable. Deberíamos haber buscado cualquier tipo de cura... Pero llegó el momento.
Llegó el momento de que dejara el mundo.
Y ese día, el día en que se fue, el ocho de octubre, quería irme con mi hermana menor hacia donde sea que vayan las personas después de la muerte.
Las lágrimas salían de mis ojos sin que yo pudiera pararlas, mientras buscaba a tientas monedas para el autobús. Lloraba, sin obtener resultado en encontrar dinero.
Mi visión se volvió nublosa, y no sabía dónde pisaba. Pero lo supe cuando me caí a la acera y el camión me atropelló.

15.10.13

Octubre! :D

Hola hermosos lectores del blog, solo quería dejarles la agenda hasta ahora...
Como ya saben, terminé de escribir Deseos Pasados (Julianne... Martin... Gemma... etc.), pero me quedé sin historia :(
Hasta que vuelva a pensar en una buena (que todavía estoy escribiendo), subiré fragmentos de otras historias.
Los capítulos de Worldwide son solo... capítulos. No subiré de forma regular, solamente los subiré para llenar algún día durante que no pueda subir capis de la próxima historia.


La historia que ahora tengo en mente forma parte del fragmento que subí hace unos días.

Aquí la sinopsis:

 Yo, Hayley York, prometo aliarme con el Infierno...


Hayley York siempre quiso escapar de su pasado, lleno de muerte y de dolor, dos cosas que una niña no debería sufrir. En el momento en que debió mudarse a Chicago por su vida difícil, supo que las cosas no irían bien, tal y como ocurrieron en su vieja ciudad. Y así fue. Pero dos años después, con la llegada de un nuevo chico a la ciudad, su vida cambió.

Parker comenzó a sacar a la luz el pasado guardado de Hayley, comenzando por un intento de suicidio en el que él la salvó. Eso frustró a Hayley, pero a partir de ese día, veía a Parker con otra mirada, solo para descubrir que él solo se estaba acercando a ella por una razón: Hayley debe morir, y Parker está ahí para cumplir su destino.


10.10.13

Cuento Random #2

En el momento en que entré a la escuela, supe que este año todo iba a cambiar.
Mi falda se movía al ritmo de mis pasos, chocando con los cuerpos de los chicos que, estando a mí alrededor, me ignoraban.
Me dirigían miradas extrañadas, como preguntándose quién era yo. Lo más raro era que, estaba en esa escuela desde siempre. Desde los catorce años, que fue cuando comencé la escuela superior.
Y ese día, las cosas no eran distintas.
Me sentaría sola en el patio durante el almuerzo; me iría al último banco de la clase para no resaltar demasiado; mantendría mi perfil siempre bajo, como siempre había hecho en los últimos dos años.
Supongo que, a veces, las cosas no salen como uno quiere.

A los meses, estaba allí, en el gran balcón de Parker, con un cigarro en la mano y echando el humo por mis labios.
Solo vestía un fino camisón que Parker me había dado luego de que me tiraran el barril de cerveza encima durante la fiesta, mientras gritaban: ¡Hayley York está siendo bañada en cerveza!”
Salí corriendo y me tiré a la piscina de Parker tan rápido como pude, tratando de quedarme más de lo debido bajo el agua y así morir... morir lentamente, con dolor. No entendía por qué era así. No entendía por qué me maltrataban de aquella forma.
Nunca les había hecho nada, solo había entrado a la escuela con una gorra puesta luego de mudarme a Chicago, nada del otro mundo.
Y, con eso, se nota cuanto amo mi vida.

Aunque, en realidad, la odio tanto como al mismo chico que me ha dado estadía durante la noche.


*Puede que, si tengo tiempo, continúe con este cuento*
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